La diabetes de tipo 2 empieza con problemas metabólicos, y nuestro metabolismo depende mucho de lo que comemos y bebemos. Hay una serie de alimentos cuyo papel en el desarrollo de la diabetes se está investigando activamente, y uno de ellos son los huevos. Ni que decir tiene lo populares que son los huevos y la cantidad de platos que se preparan con ellos; muchas personas incluso empiezan cada día con un desayuno a base de huevos.
Pero son los huevos los que se asocian a una probabilidad bastante alta de padecer diabetes de tipo 2.
El personal de un hospital de la Universidad Médica de China, la Universidad de Qatar y la Universidad del Sur de Australia analizaron cómo cambió la salud de más de 8.500 personas mayores de 18 años durante un periodo de ocho años. Los cambios en el estado de salud se compararon con la alimentación de estas 8.500 personas.
Los resultados revelaron una clara relación entre la cantidad de huevos y la probabilidad de contraer diabetes: un artículo del British Journal of Nutrition afirma que si una persona come regularmente y durante mucho tiempo más de 38 gramos de huevos al día, la probabilidad de padecer diabetes de tipo 2 aumenta un 25%, y si son más de 50 gramos al día, hasta un 60%.
Cincuenta gramos es aproximadamente un huevo (aunque, por supuesto, los huevos pueden ser diferentes, grandes y pequeños), por lo que un huevo al día aumenta la probabilidad de diabetes en más de la mitad.
Por otra parte, como escribió la Universidad de East Anglia en JAMA Internal Medicine, las probabilidades de contraer diabetes de tipo 2 pueden reducirse fácilmente: basta con perder uno o dos kilos. El estudio también duró mucho tiempo, de 2011 a 2018. Participaron más de mil personas prediabéticas, es decir, que no tenían diabetes como tal, pero bioquímica y fisiológicamente estaba en camino. A algunos de ellos se les ofreció un estilo de vida un poco más saludable, es decir, tenían que volverse un poco más enérgicos, pero no se les exigió pasar horas en gimnasios o hacer cambios catastróficos en la dieta.
Resultó que, para una persona con prediabetes, bastaba con perder entre 1 y 3 kilos, ya que la probabilidad de padecer diabetes en toda regla disminuía entre un 40 y un 47%. Sin embargo, una vez perdido el peso, es necesario mantener esta condición durante al menos dos años. En otras palabras, sólo es necesario perder unos kilos para evitar la diabetes, pero hay que perderlos durante mucho tiempo.